Los asesinos de ETA y los bandidos catalanes

Cada vez que escucho la palabra ETA, se me contrae la sístole y la diástole, estos dos movimientos del corazón, se pelean para ver cual predomina en este órgano tan vital que tenemos los humanos. Me entra un castigo en el cuerpo que se me aflojan las piernas y me tengo que sentar. Aquí todo el mundo se ha bajado los pantalones por el poder, la traición y la cobardía dominante de unos ciudadanos que se han rendido a unos asesinos. Todo ello con cinismo tanto del pueblo vasco como del resto de los españoles -donde hemos ido de oídos sordos- la poca vergüenza del PS, la falta de coraje y valentía del PP y de VOX y muchos más culpables que han ido anegando de hedor el territorio español.

Aún recuerdo y tamborea en mis cinco sentidos el día que, en trámite de urgencia, la Sala de Penal de la Audiencia Nacional ordenó la libertad en el menor tiempo posible de doña Inés del Rio, alias la «Nieves» quién fue cómplice de 25 inocentes asesinados, condenada a más de 3.000 años de prisión ¿Cómo se comió todo este atropello? Nos lo comimos todos.

Aquí no hay palabras rimbombantes, llenas de falacias y mentiras engominadas, viendo hoy una justicia ya en periodo de decadencia, y como desde Estrasburgo han cerrado los ojos a esta señora y a varios delincuentes etarras. Ahora esta amnistía la tenemos a la. vuelta de la esquina. Este gobierno comunista social, con su déspota y opresor jefe, sigue extendiendo la mano y lo que no es la mano a unos degenerados etarras, a unos sediciosos, amotinados y sublevados políticos catalanes y a unos camaradas comunistas para formar gobierno. Pues esto tenemos señores.