Educación para la democracia

La señora Calviño, antes de irse a dirigir el Banco de Desarrollo Europeo, se ha visto obligada a impartir unas lecciones de democracia y buena educación al líder de la oposición, conminándole a acudir a la Moncloa a la llamada del presidente. Lo ha hecho como en la canción: «Y cuando la llamo viene le diga lo que le diga». A lo largo de la anterior magistratura, la señora Calviño tuvo tiempo de educar y dar lecciones de democracia a su jefe, pero éste ni caso. Se dedica a levantar muros para que a la oposición no se le ocurra asomarse a la ventana, hace lo contrario de lo que promete, trata de engañar a quien le escucha y cuando pretende renovar el CGPJ a su exclusivo criterio, si llama a Feijóo tiene que correr, presentarse en la Moncloa, hacerse la foto y pasar por el aro de lo que ya tiene previsto para controlar el Poder Judicial. Esa es la educación democrática que Calviño ha enseñado a Sánchez. Pero enfrente tiene a un gallego...