Tierra quemada

Resulta que el último aporte al mundo editorial –que no al noble oficio de las letras–, del cínico que nos gobierna, es un elogio al narcisismo, esa tara que lleva a uno a creerse el centro del universo. Pero hombre, ¿cómo privar a la ciudadanía de la noción de todos sus logros? ¿Por qué no han de saber cómo venció la «ola reaccionaria global»? Eso sí, no esperen leer el precio exacto que ha pagado por ello, empañaría su bella imagen, el libro no va de eso... Tierra Firme se titula la pieza. Por cierto, un título plagiado –a nadie sorprende– de la excelente novela de Matilde Asensi. Al igual que su ópera prima, Manual de Resistencia, esta Tierra Firme sale de la mano de una tal Irene Lozano, fiel escribana bien pagada con una sucesión de cargos en la Administración, gracias al dedo pródigo del líder objeto de su encomio. Conmovedora resultó la presentación del libreto ante catorce palmeros con rango de ministro y un tal Vázquez actuando de bufón de corte. El caso es que hoy, por obra de Sánchez, esta tierra nuestra, lejos de ser firme, anda cada vez más inflamada a causa de tantas mentiras, pactos miserables, amnistías inmorales, negociaciones insólitas, acoso a los jueces y cesiones a filoetarras, como la del Ayuntamiento de Pamplona, que en unos días volverá a manos de Bildu, esos «demócratas progresistas» –dice un ministro del PSOE– que aplaudían y aplauden a los sicarios... Y sabemos que esta no será la última, aún queda bastante por liquidar y Sánchez ya piensa en la próxima oda a su obra, cuyo título quizás sea el de Tierra quemada, aunque serán sus socios quienes la escriban. Pero llega la Navidad, tiempo de esperanza...