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Cartas al director

La Navidad pierde su sentido

Son noches y días, los de esta etapa navideña, cada vez más anodinos, envueltos en el jolgorio y aturdimiento que culminan en el día de Reyes. Imágenes cansinas en la televisión, que borran y camuflan cualquier otra actualidad, anestesiando las mentes y las almas de muchos españoles. Masificaciones en las grandes ciudades, compras compulsivas, alegrías ficticias y contagiosas, el a veces tan cargante y estomagante «feliz navidad» o el recurrente «que paséis buena noche», como palabras de obligado cumplimiento social. El discurso del Rey lleno de las abstracciones y buenas esperanzas e intenciones que le permite el iluminado antipatrias que ocupa el palacio de la Moncloa, un tal Pedro Sánchez. Pasan y pesan los años; la Navidad, ya sin ningún sentido religioso, se decolora también año a año a pesar de tantas competiciones de luces y decoraciones; y, sobre todo, hablando unamunianamente, a los españoles de bien les sigue doliendo España, esta realidad de siglos que muchos quieren convertir en reinos de taifas.