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Cartas al director

Una costra como piel

Me pongo enfermo cada vez que escucho lo de «tienen ustedes la piel muy fina», como respuesta a cualquier improperio o tropelía a las que nos tienen acostumbrados la cabaña política española. Piel fina, como sinónimo de absoluta insensibilidad ante la barbarie que daña nuestra democracia. Si la magia de Reyes eliminase de un plumazo la posibilidad de que nuestros dirigentes políticos eludiesen al rival, quedarían absolutamente mudos ante la ausencia de un proyecto propio distinto del de disparar lo del rival. Dios me dé una costra como piel, con la que protegerme de su mordaz inconsistencia.