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Cartas al director

La buena educación, como ejemplo

El Congreso, el Senado, las asambleas autonómicas y los plenos municipales y en general cualquier cónclave en que los representantes legales de los ciudadanos se congregan para parlamentar, deben ser ejemplo para los ciudadanos. Pero ejemplo bueno, no malo, por supuesto, de manera que la buena educación y la mesura deben vestir su oratoria. Por ello, cualquier acaloramiento que cursa en ocasiones en manifestaciones airadas o violentas debe ser rechazado y si alguna persona con mandato de representación ciudadana padece esos episodios, bien debiera dejar su escaño, dando ejemplo de que tales conductas están fuera de lugar. Y es el caso de que con más frecuencia de la deseada –que sería nula– surgen actitudes indignas del cargo representado.