Elecciones gallegas: mucho que perder para España

Se presentan muy peligrosas las elecciones gallegas para España. Encuestas a favor del PP para la mayoría absoluta, aparente desinterés por ahora del PSOE, extrema izquierda dividida, etc. De nuevo como en 2004 y 2023 en las elecciones nacionales y como en 2012 en las andaluzas: confianza de la derecha y batacazo.

PP y Vox no han llegado a unas «lecciones aprendidas» del desastre ocurrido en julio. Desde luego, en uno de los extremos de la barra de soluciones que ya deberían poner en juego en Galicia, como primer envite de un semestre crucial, está el de la integración de listas en proporción a lo obtenido en las elecciones autonómicas de 2020. En el otro, el retraimiento de Vox, que obtuvo aquel año menos de veintisiete mil votos y aspira ahora, según encuestas más que serias, a un 2,5 por ciento de votos, sin obtener representación. Treinta y cinco mil votos a la basura, como recordatorio de lo ocurrido en Girona, Barcelona o Lleida el 23-J. Cuarenta mil votos fue la diferencia entre los dos bloques principales en Galicia en 2020. Munición para Sánchez y más carcajadas.

Y, a mayores, para qué si la extrema izquierda da un golpe sorpresa y se une sobre la campana en una sola plataforma. Más del 5 por ciento de votos y tres diputados. Y en todo caso, si no hay mayoría absoluta del PP, Galicia en manos del BNG y tres procesos independentistas con fecha urgente para el bienio que comienza. Demasiado.

Ustedes sabrán. Doctrinarismos y maximalismos, o pragmatismo, en unas elecciones con resultado mucho más ajustado que lo que se propaga intencionadamente. Y no es hora de echar los dados con los dos primeros. Es hora de acción conjunta en cualquiera de sus modalidades y de gobernar. No hay otra.