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Cartas al director

La ventana de Overton y el cartel de la Semana Santa de Sevilla

En nuestra contemporánea cultura de la tolerancia, donde los ideales son fluidos y la línea entre el bien y el mal se difumina, emerge una técnica que posibilita la transformación de la percepción colectiva sobre conceptos previamente tachados como totalmente inaceptables. Un claro ejemplo de esto es cómo, hoy en día, el aborto es considerado un derecho cuando antes era un escándalo.

En la década de los 90, Joseph P. Overton advirtió cómo esto era posible. Se comienza creando un escándalo, respaldado por la libertad de expresión, para conseguir un debate público que rompa un tabú. El escándalo estará sostenido por determinadas teorías científicas, la promesa de un mundo feliz basado en la técnica o por argumentos racionales sobre alguna parte muy concreta del debate.

Una vez se abre levemente la ventana gracias al escándalo, se progresa por distintas fases, pasando de lo aceptable a lo sensato, de lo sensato a lo popular y de ahí a la corrección política.

Con el escándalo del famoso cartel de la Semana Santa de Sevilla, creo que es importante que no nos dejemos convencer. La inquietud que muchos hemos sentido no es fruto de una mentalidad retrógrada, es un respeto a lo sagrado que muchos vivimos. No te dejes convencer con argumentos basados, por ejemplo, en los centímetros de tela. Lo que has sentido es real, es parte de tu ser, de tu alma que grita que algo no está bien. Si cedes, esto irá a más y no sabemos dónde llegará.

Creo que la batalla pública es complicada y muchas veces contraproducente. Pero hay algo que seguro que puedes hacer. Cuando reces un Padre Nuestro, hazlo con el máximo respeto y párate especialmente en las palabras «santificado sea Tu Nombre». Al entrar en una iglesia, ten en cuenta que no es un club social; nuestro creador que nos quiere está allí presente. Ponte de rodillas y haz silencio. Si alguien cercano blasfema, no dejes de hacerle ver con respeto que te has sentido ofendido. Hay muchos ejemplos que seguro que a ti se te ocurren.

Ante los ataques a lo sagrado, responde en tu metro cuadrado y el ejemplo cundirá.