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Cartas al director

¿Defender la democracia?

Por lo que observo con las opiniones vertidas por juristas de reconocido prestigio, imparciales, preparados, objetivos y que, en definitiva, sólo pretenden aplicar la ley, lo que está ocurriendo en los últimos meses con la ley de amnistía o, mejor dicho, lo que se pretende con la aplicación de esta ley, a la carta, para los declarados delincuentes y prófugos de la justicia es que los delitos de traición, malversación de fondos públicos, terrorismo… queden impunes y, como suena, pasen al olvido como si nunca se hubieran cometido. Esta redacción de la ley no la realizan juristas expresamente encargados para ello, no. La redactan los propios delincuentes con la « ayuda» y connivencia del Gobierno de la nación. Especialmente redactada para ellos y solo para ellos. Es surrealista, pero está pasando.

Por otra parte es un clamor en medios jurídicos imparciales, medios de comunicación no adictos al régimen y ciudadanos que aplican la lógica y no el fanatismo partidista que lo que está ocurriendo es un golpe de Estado en toda regla pero sin violencia física y sin intervención militar. Cuando, desgraciadamente, el 23 de febrero de 1981 se produjo el golpe de Estado en el Congreso, los culpables: Tejero, Milans del Bosch, Armada y demás golpistas fueron detenidos, juzgados y condenados. ¿Ahora qué pasa? ¿A los golpistas no se les detiene? O es que es el propio Estado el que lo está dando y no hay nadie por encima de él que lo evite? Porque se habla mucho, se teoriza sobre lo que está pasando claramente, que todos lo sabemos, pero nosotros los ciudadanos de a pie nos preguntamos: ¿quién nos defiende de este atropello, quién defiende la democracia? ¿Estamos perdidos?

¿Esto no tiene arreglo? Pues tendrá que ser así pero menuda desgracia. Se nos llena la boca de democracia pero nos la quitan los mismos que la proclaman de cara a la galería pero a la hora de la verdad les puede su tentación dictatorial.

Patético, lamentable y triste.