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Cartas al director

¿A quién podría sorprender?

El expresidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ya tiene asegurado un final de carrera lustroso y abultado en remuneración. Pedro Sánchez lo nombrará en breve embajador de la Delegación Permanente de España ante la OCDE, tras haber acreditado cuarenta años como parlamentario sin que se le conozca nada destacable en su haber, salvo ser fiel servidor del PSOE. Tras una nefasta gestión a los mandos del sectarismo impartido por la coalición que sufrimos en la comunidad, ha sido rescatado para un cargo sin acreditar mérito alguno para ostentarlo. Ya nos parece habitual que Sánchez coloque aquí y allá a los que fielmente le han servido, aunque no tengan ni formación, ni experiencia, ni cosechado resultado alguno en su anterior gestión.

Al menos, nos hemos librado de que fuera nombrado ministro.