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Cartas al director

ELA

Simplificar en unas siglas a veces hace que se reduzca demasiado el verdadero significado de lo que conlleva. Sólo las iniciales «ELA» no creo que nos muestren lo suficiente cuánto dolor hay en ellas; algo que ya empieza a sonar diferente cuando escuchamos o leemos el término médico completo: esclerosis lateral amiotrófica. Y aun así, hasta que no comprendemos las brutales limitaciones progresivas de deterioro físico absoluto a lo que te conduce, no somos conscientes de esa temible (y terrible) realidad. Enfermos de ELA y familiares estuvieron con su voz y su presencia el Congreso de los Diputados. Ojalá les escuchen los legisladores, y también el resto de la sociedad; porque nadie está inmunizado en nuestro futuro frente a esta incurable y costosa enfermedad neurológica degenerativa, hoy, con un pronóstico final tan duro. ¿Qué tal –de una vez– mucha más empatía y medios reales para los enfermos y sus familias por parte de todos?