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Cartas al director

Inconfesables secretos

Allá por el sur existía un país tan antiguo que en tiempos llegó a ser imperio, que padecía la vecindad chantajista de otro situado aún más al sur. Éste, además de reivindicarle parte de sus tierras, le chuleaba de mil maneras: desde activar la marcha de ingentes grupos de personas a cruzar ilegalmente sus fronteras, incluyendo a niños y jóvenes sin compañía como si fuesen huérfanos para que se los criaran sus vecinos; hasta utilizar el país chantajeado como canal de distribución de toneladas de drogas que producía la floreciente industria del país chantajista. Tan importante tráfico de drogas fue degradando la zona del país chantajeado hasta el punto de no ser pocos los clanes y familias que vivían de estas delictivas actividades.

Pero sucedió que un día, agentes del país chantajista se apoderaron al parecer de secretos del gobernante del país chantajeado y, curiosamente, a partir de ahí comenzaron a suceder extraños sucesos... Como fue la supresión de un eficiente operativo policial contra la distribución de droga procedente del país chantajista, dejando muy mermados a los guardias del país chantajeado ante unos narcotraficantes tan crecidos en sus impunes labores que, en vez de huir de ellos, les hacían frente y hasta les asesinaban entre aclamaciones de los miserables que se lucraban con tan criminal negocio. El alto precio en dignidad nacional y en sangre, que estaba pagando el viejo país de nuestro relato, por los supuestos secretos sustraídos a su gobernante, disparaba la imaginación sobre cómo serían de terribles e inconfesables...