Cartas al director
Políticos y sueldos
Los salarios van menguando, destrozando soportes, y cada vez resulta más complicado llegar a fin de mes: cesta de la compra y los servicios de todo tipo suben rompiendo resistencias cual valor bursátil; las llamadas clase baja y lo que queda de la otrora mayoritaria media, sufren en sus carnes un deterioro, un descalabro económico. He leído en el periódico los sueldos que perciben los políticos en general y no salgo de mi asombro y perplejidad. La clase política debe estar bien remunerada para que quienes se dedican en exclusividad a ella puedan desarrollar lo que llamamos una vida digna, pero los salarios que ganan son obscenos; los políticos deberían ser conscientes de que forman una tribu aparte, una secta endogámica, una casta privilegiada. Aducen muchos de ellos que los «contratos» duran sólo cuatro años y, dependiendo de las circunstancias, se ven en la intemperie cuando finaliza la legislatura; para eso está el seguro de desempleo, pero es en ese momento, cuando las puertas giratorias perfectamente lubricadas, funcionan a tope al juego de la oca y me llevo un puesto porque me toca. Como quiera que son corporativistas, se unen entre ellos como pegados con 'loctite super glue 3' en defensa de sus privilegios. La brecha salarial a su favor es escandalosa amén de prebendas, lo que motiva la desafección hacia ellos; van a lo suyo favorecidos por una discriminación positiva respecto al resto de los mortales. «La política está por encima de la conciencia», Shakespeare dixit.