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Cartas al director

La mili no va a volver

Desde mi convicción de que unas fuerzas armadas son del todo necesarias. A poder ser mancomunadas europeas, por favor. Desde mi también amor por ellas. Desde el profundo respeto a quienes compartimos mili de reemplazo, siento hacerles añicos la nostalgia por su retorno. La mili no volverá. Y no me vale como ejemplo los países escandinavos, cuya muy escasa población elude otras variantes distintas a la del pueblo en armas. La mili murió. Como también le afecta a la Iglesia, y nos dio confianza y confort espiritual durante siglos. Es el caso de los oficios tradicionales; de la agricultura tradicional; de ir a las salas de cine abarrotadas, el jugar con muñecas, o ver la tele y cenar en familia. Simplemente se acabó, y no precisamente por decreto presidencial. Y no van a volver, porque el mundo se ha transformado. Nuestro modelo; nuestra mentalidad para abordarlo; nuestras costumbres. Me temo que los chicos de hoy ya no quieren hacer la mili. Tan es así, que no quiero ni pensar qué acaecería si, como dice Macron, se hiciera una recluta para Ucrania, precisamente cuando Ucrania no logra reclutas suficientes para sus mil kilómetros de frente. Y eso que está en guerra contra un invasor. Si ya hubo problemas con los reclutamientos en los últimos años de ayer, imagínense hoy. No es que la sociedad sea pacifista, que también; es que elude el compromiso colectivo. Entiendo que haya a quien el pasado siempre le parezca mejor. ¿Nostalgia? ¿Memoria? ¿Edad? La mili no va a volver. Creo que incluso mejor así.