Cartas al director
Una historia verdadera
Es igual quien gobierne, yo creía que no, pero resulta que sí. Pobres de aquellos cuyas necesidades quirúrgicas se tramiten por el cauce de la atención primaria y que tengan que esperar más de once meses para que desde el inicio de su dolencia le atienda el especialista correspondiente para revisar una radiografía que él mismo ordenó.
Desde el servicio de atención primaria se envía al paciente al traumatólogo toda vez que sus dolores no remiten después de tres meses tomando analgésicos.
El traumatólogo solicita la realización de una radiología que se efectúa dos meses más tarde y es informada el 27 de diciembre de 2023. En dicho informe se evidencian los datos causantes del insoportable dolor que impiden no solo una vida normal, sino también caminar. Al día de hoy, 100 días más tarde, todavía no es citada para indicar el tratamiento a adoptar. Reclamas y no te contestan, solo que se ha recibido.
Dada la intensidad del dolor y el silencio del Sergas, hemos tenido que recurrir a la medicina privada para que se realizase la intervención quirúrgica que era evidente ante la exploración realizada. Este tipo de dolencia es mayormente acusada por personas mayores, pensionistas cuyos ingresos no les permite acudir a la medicina privada. En nuestro caso hemos tenido que hacerlo y el coste significa siete meses del equivalente a la pensión percibida.
Mi denuncia es tanto a nivel personal (mi esposa), como en nombre de esa mayoría de personas que tienen que esperar más de año y medio para ser intervenidas y no pueden costearse dicho gasto. Eso o acudir sistemáticamente a Urgencias con lo cual se colapsa la atención sanitaria.
Yo defenderé siempre la medicina pública, mucho más que aquellos que tienen la obligación de gestionarla mejor. Por favor, no mientan más diciendo que la espera ha mejorado, será en su mundo, en el nuestro no.