Cartas al director
Pedro solo quiere a Sánchez
Sorprende que la izquierda, cuanto más extremista sea, comparta con Hitler el odio antisemita; no es otra cosa su encendida defensa de Palestina, incluso de la Palestina que simboliza el terrorismo de Hamas, que no dudaría masacrarles por pertenecer al «decadente mundo occidental».
Ideología abellacada, desconocimiento supino de la historia antigua y reciente de Judea, simple frivolidad o todo ello junto, motivan a esos sectarios agitadores entre los que se cuentan no pocos componentes del actual Gobierno español y otros de sus socios.
Cuesta pensar, aunque tampoco sea descartable, que Pedro Sánchez ignore la verdad pero se pasea por Europa defendiendo el establecimiento de un estado palestino, algo que hoy no respalda ningún líder de la UE. Solo la superficialidad de su pensamiento explicaría, pues, esa postura indefendible.
La respuesta habitual que Sánchez recibe es que no es el momento oportuno, aunque cabría también recordar que siempre han sido los palestinos quienes han desaprovechado todas las oportunidades que han tenido, porque lo que ansían no son dos estados sino el exterminio total de Israel.
Claro que todos creemos que la solución de este complejo problema pasa por el establecimiento de dos estados, desenlace que se antoja muy lejano; ya lo han intentado otros líderes mundiales mucho más prestigiosos que fracasaron.
Dada la situación, no podría Sánchez haber elegido un momento más inoportuno para promocionarse; él solo busca colocarse en un organismo internacional cuando –¡por fin!– cese como presidente del Gobierno español, pero cada vez le conocen mejor.
Mala imagen proyecta de todos nosotros.