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Cartas al director

Buen debut

Alfonso Rueda tras la primera reunión del Consejo de Gobierno gallego ha creído conveniente, no sé con qué criterios prioriza, incluir entre sus primeras aprobaciones ayudas para la adopción de gatos y perros, 150 euros por perro y 125 por gato.

Esperemos que la ADDGA (Asociacion para la defensa y dignidad de gatos adoptados) no se querelle por discriminación.

Si no estuviéramos locos, Europa, como Galicia con las mascotas, en vez de amarrar abortos debería pensar en subvencionar la vida. Con la misma cantidad sea niño o niña, claro.

Decía Fernando Savater hablando del columnismo que este debe tener cierta función social, una dimensión pedagógica, llamar la atención sobre algo. Me hace ilusión creer que esta carta es una especie de columna.

Dicho esto, a las subvenciones les temo más que a una vara verde. En política, lo sabe muy bien el que subvenciona, subvención es consustancial con mangoneo.

Y el mangoneo de las subvenciones me recuerda inevitablemente a Gila:

«¡Qué cosas! Hay zumos de naranja refrigerados que los concentran y los desconcentran, le quitan el agua y luego se la ponen. Que digo yo, ¿y si luego se la ponen para qué se la quitan, ¿no? En Don Simón, lo he visto yo, exprimen la naranja directamente y punto».

Sánchez y Marisú nos fríen a impuestos y después nos subvencionan y, digo yo, por qué no me los reducen, me dejan que me las apañe y punto. Ni me gusta depender de nadie ni de que parezca que me están haciendo constantemente favores.

Que supriman impuestos y ahorren en gilipolleces y seguro que no tienen que subvencionarnos.

Sobran ministerios, ministerias, ministros, ministras, asesores, asesoras, asesoros y toda la caterva de paniaguados a los que solo se les conoce el oficio de político porque serían incapaces de medrar fuera.