Cartas al director
La máscara del blanqueo
Parece que la memoria española ha postergado a un segundo plano los más de 850 asesinatos, 2.600 heridos y cerca de 90 secuestros que marcaron una de las épocas más sombrías de nuestra historia, sin recordar los llamados años de plomo entre 1978 y 1980 cuando se llegaron a asesinar 244 personas.
Los trágicos eventos como el atentado en Hipercor, el de Sabadell y el asesinato de Miguel Ángel Blanco parecen haber caído en el olvido. Incluso da la impresión que para algunos vascos se ha desvanecido el recuerdo de las 575 personas asesinadas por ETA en su propia tierra, donde en Guipúzcoa las víctimas representaban el 40 por ciento de la población.
El dolor persiste al recordar los atentados de Barcelona y de Zaragoza que acabaron con la vida de 18 personas, incluidos 11 niños. Asimismo, el triple atentado en Barajas, Atocha y Chamartín dejando más de 100 heridos y 7 muertos.
Este año se cumplían 45 años del asesinato de «los novios de Cádiz», Antonio Ramírez Gallardo y Hortensia González Ruiz, tenían 20 años, tenían toda la vida por delante, vida arrebatada por quienes hoy están en nuestro gobierno, cabe recordar que ese día sonó el claxon, en el cual cayó el cuerpo de Antonio, nada más y nada menos que la friolera de 27 minutos sin que nadie acudiera a socorrerles.
Es un momento triste para la historia de España, es un momento triste y de deshonra para todas las víctimas, familiares y españoles que si lo condenamos. A menudo se nos recuerda el legado del franquismo y sus repercusiones, pero se les «olvida» mencionar la peor época que ha sufrido nuestra tierra, nuestra España, y lo que es aún más preocupante, se tiende a blanquear esa historia, hasta tal punto que EH Bildu ha superado las expectativas esperadas, incluso por ellos mismos.
Como dijo Séneca: «No solo a los hombres, sino también a las cosas, hay que quitarles su mascara y devolverles su aspecto real».
Nada más que añadir, Señoría.