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Cartas al director

Mr. «yo, mi, me, conmigo»

Fin del show de los cinco días de vacaciones pagadas de Pedro. Continuará una nueva dosis de ese cóctel peligroso de ego y vanidad, que ha sido el Sanchismo todos estos años. Y seguirá el actual Gobierno, feliz en sus cargos a costa de la nómina pública, aunque confunden erróneamente el falso romanticismo patológico al amado líder único, con lo que es la verdadera democracia. Sánchez apela ahora a un tiempo nuevo de «limpieza», «sin crispación», cuando él ha sido el precursor del frentismo y del aislamiento a la oposición constitucionalista, aceptando chantajes de proetarras y ultras secesionistas que se aprovechan de las instituciones de España para intentar destruirla. En Sánchez, como en su libro fake Manual de Resistencia, nada ha funcionado: tenemos la mayor deuda pública económica y la más grave ruptura entre la ciudadanía, de nuestra historia reciente. ¿Dice que le ha convencido la «movilización social»? Debe ser que vive en un mundo paralelo de ilusión, en plan Matrix. ¿Lo dice por los solamente 12.000 fieles de bus y bocadillo en Ferraz el sábado, y los 5.000 fans el domingo tarde en Atocha? ¿Se lo cree por los «cuatro» de ese autoconsiderado mundo de la «cultura» que caben en un teatro? Sí, seguro… ¡qué chiste es escuchar a Sánchez decir que sigue porque se lo pide el pueblo!, y no por su apego al sillón de Moncloa al que, si por él fuera, se quedaría anclado para siempre. No; Mr. «yo, mi, me, conmigo», no cambia ni un ápice en su narcisismo y en su victimismo inventado.