El honor de un presidente

¿Tiene honor el presidente del Gobierno de España? Esa cualidad moral que nos lleva al más severo cumplimiento de nuestros deberes respecto del prójimo y de nosotros mismos. La actitud de un hombre, un hombre de verdad no dice. Hace. Lo que debe. Y un político debe de ser hombre de honor. Y este presidente hace lo contrario de lo que debe. Y así le pasa que cae en un pozo ciego de deshonor.

Pedro Sánchez se deja manejar de un político burgués y montaraz de una región de España, que se escapó clandestinamente de la Justicia, con cargo a los presupuestos españoles, se llama Carlos Puigdemont, y antes de que se le cayera el «mocho» dejó tirados a todos aquellos que metió en la vergüenza y la derrota de la ilegalidad. (Hasta una abuela ignorante).

Este pocero del deshonor ha lanzado una misiva a sus coleguillas. No hace falta renunciar a las ilusiones políticas y las ideas medievales. Ya que el inquilino de La Moncloa nos dará todo lo que pidamos, dinero, indultos y amnistías, por todos los delitos que hemos cometido. Ya que es un hombre sin honor y no le importa nada España. Como a nosotros. Él antepone sus intereses a los de los españoles por siete votos. Para tapar sus vergüenzas y seguir durmiendo en la alcoba de la Moncloa.

Quien cree en una causa noble, sabe renunciar por ella. A no ser que sea un cobarde que no conoce el honor ni el amor. Y quiera que se utilice el engaño y la venganza en su nombre. Quien no tiene honor suele rodearse de pelotillas idólatras ignorantes que están dispuestos a padecer por el ídolo cobarde ante el que se arrodillan y, llegado el caso, en un momento de lucidez, en lugar de entregar la vida por él, pueden acabar destruyéndolo. Un hombre sin honor tapa sus delitos engañando a ignorantes y votantes. Por su falta de moral y dignidad. Este es Pedro Sánchez.