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Cartas al director

Despacho en las redes sociales

Pedro Sánchez ha creado una nueva cartera ministerial que añadir a las no sé cuántas que tiene su inflado Consejo de Ministros, que ya no caben ni en la mesa ni en las fotos. Es la de ministro cocero, o sea el encargado, desde que amanece hasta que se acuesta ya muy de noche, de dedicarse a propinar coces verbales por todos los cauces, con especial dedicación en las redes sociales donde el escupitajo y la pedrada son las herramientas más frecuentes.

El elegido, con todo merecimiento, tras su jaleado y relinchado estreno en el Congreso propinándoselas de todos los colores a Feijoó en su fallida investidura, fue Óscar Puente, que desde el primer momento se sintió feliz en un cometido donde está claro que se siente del todo realizado. Desde entonces se ha dedicado a ello en cuerpo y alma y no hay día en que no suelte una. Tiene objetivos preferentes entre los que destaca la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, a la que dedica sus mayores esfuerzos y atenciones, pero el listado de destinatarios es más largo que el que sus asesores ministeriales le han recopilado navegando por todos los medios de comunicación a la rebusca de periodistas que osan hacer a él también algunas caricias.

A lo largo de los meses se ha ido soltando y ha dado el salto hasta cruzar el 'charco' dispuesto a dejar huella internacional de sus cascos. El último ha sido el presidente de Argentina, Milei, a quien acusó «muy coloquialmente» eso sí, de drogadicto a las claras, pues no había otra interpretación a sus palabras. La coz en esta ocasión no gustó ya tanto a los jaleadores y menos la respuesta argentina que respondió con obuses del 105 pero no contra él, si no tirando por elevación y parábola contra el objetivo y flanco más expuesto y que más duele en Moncloa, 'la cota Begoña'. Desde luego hicieron pupa y al ministro le sonó un cencerro de aviso. Tuvo que salir a decir algo, que se suponía era excusa o descargo pero que se convirtió en una foto del personaje al desnudo. Él considera como premisa, que para hacerse notar en la redes, en particular en su preferida, el Twitter, la mejor forma es que la coz sea cuanto más fuerte mejor. Eso como entremés y, como postre, que no se arrepentía de haberla soltado sino de no haber calculado que la repercusión iba a ser la que ha sido y, sobre todo, que la réplica alcanzara de lleno no a él sino, y eso es mucho peor y peligroso, a quien le manda. A su bien amado líder y caudillo. Pero no se preocupen. No le van a quitar la cartera, la de cocero digo. Pero mejor que se ande con ojo, no sea a él a quien acaben por llevar arrastrado y sin orejas.