La educación del sinsentido

Acabo de leer el interesante libro de Alicia Delibes El suicidio de occidente. Extracto de él alguna ideas finales sobre la situación de la actual Ley de Educación al tratar su desarrollo en varios reales decretos, promulgados por el equipo de Pilar Alegría que establecen las enseñanzas mínimas de los tres niveles de la enseñanza. La idea central que subyace en los mismos es revisar todas las disciplinas con «perspectivas de género».

Así establecen para las matemáticas, en un farragoso neolenguaje, entre otras, unas líneas maestras que incluyan los siguientes saberes: «Gestión emocional, emociones que intervienen en el aprendizaje de las matemáticas. Autoconciencia y autorregulación» y en otro punto añaden: «Inclusión, respeto y diversidad. Contribución de las matemáticas en el desarrollo de los distintos ámbitos del conocimiento desde una perspectiva de género». Los burócratas del ministerio se ve que han puesto a funcionar la máquina del sinsentido. Sólo se me ocurre terminar trayendo a colación las palabra de Cicerón a Catilina adaptadas al tema de esta carta: «¡Hasta cuando vais a abusar de nuestra paciencia con tanto despropósito!»