Doble salto mortal

Como acontece en el circo, Pedro Sánchez apuesta por dar un doble salto mortal afirmando el «más difícil todavía». La decisión de contentar y atraer el voto más extremo de la ultraizquierda, para evitar una derrota aplastante en las elecciones europeas, ha llegado al convencimiento de romper relaciones diplomáticas con Argentina, en un show dramático que él mismo inició dando instrucciones a su vasallo Óscar Puente para que insultara a Milei llamándole drogadicto y al mismo tiempo cambiar la secular posición de neutralidad en el conflicto palestino-israelí reconociendo en el peor de los momentos al Estado Palestino, algo que es una insensatez y una muestra de irresponsabilidad suprema que lo inhabilita en el ejercicio de su cargo. Ni a Felipe González ni a José Luis Rodríguez Zapatero, en sus respectivas administraciones, nunca se les pasó por sus cabezas tales decisiones.

Evidentemente, el pueblo palestino está siendo una víctima de los desmanes de los radicales que tienen la sartén por el mango y merece una solución pacífica y justa, pero a nivel internacional, no por la acción megalómana de un presidente narcisista y ambicioso sin escrúpulos, y no digamos ya el absurdo del conflicto con el presidente argentino. Sánchez ignora las líneas rojas en política, solo ve su ambición. Vamos por muy mal camino, que traerá unas consecuencias para el pueblo español injustas y de alto calado.