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Cartas al director

Ahí está el de la carta

Para volver de la tragedia a la comedia, no hay más que sentarse ante el televisor. Sánchez ha podido irse o quedarse. Pero el desenlace de los cinco días de reflexión ha sido el peor de los posibles. El fango no se lo ha permitido. Por culpa de todas las cosas que se están descubriendo con documentos de Begoña Gómez y él lo sabía. Sin embargo, Pedro Sánchez, el mentiroso ha dicho unas palabras en su predica: lo que está mal en el mundo es permitir que se vuelva a relegar a la mujer al ámbito doméstico, teniendo que sacrificar su carrera profesional en beneficio de la de su «amo». Esta es la torpe excusa para defenderse de sus bulos, falacias y fangos. Ya que no hay carreras profesionales solo títulos fraudulentos y beneficios reales con amistades peligrosas.

Pedro Sánchez, que va por el mundo hecho un «puto amo» (según su ministro de lengua larga y codo alto, Óscar Puente) con su extravagante petición de tiempo para reflexionar, ha mezclado lo ridículo con lo solemne para acabar en lo profundo del engaño y el fango.

Este paripé presidencial, está creando espectáculo, representación o actuación en «lo que se avecina». O palacio o talego, a lo argentino.

A Pedro Sánchez le falta dignidad y sentido común para poner freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo. Primero el muro y el bulo y ahora el fango. ¿Para quién? Si aquí nadie se mueve de su marca. Ni siquiera Page, que engaña como Sánchez, que confunde libertad de pensar con libertad de difamar, es su perversión democrática de consecuencias desastrosas para España…