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Cartas al director

Carta abierta a un presunto imbécil

Ayer España, sí, repito España, ha estado durante varias horas unida por un sentimiento común que nos hizo olvidar otros aspectos que dividen a la sociedad de este país.

Primero ha sido el joven Alcaraz que fue capaz de doblegar a un mito y máximo ganador de 24 Grand Slam al que «barrió» de la pista. Ese joven de 21 años es murciano, es decir, español y se emociona al defender a su nación.

Horas más tarde, 14 millones de españoles presenciamos el triunfo de nuestro equipo español, frente a la poderosa Inglaterra, después de ganar seis de seis y ahora siete. Campeones del mundo fueron derrotados por unos jóvenes que lucían con orgullo unos colores en nombre de una nación y a fe que lo han logrado y sin discusión alguna. Las televisiones del mundo presenciaron esta gesta y la cuota de pantalla en nuestra televisión pública alcanzó el récord del 79 %.

Pues bien, a pesar de que en toda la geografía española los alcaldes facilitaron sin problema alguno la colocación de pantallas con el fin de que pudiésemos presenciar y emocionarnos con esos jugadores, el Sr. Lluc Salellas, alcalde de Gerona elegido democráticamente con 17 votos de los 27  del plenario municipal, ha privado a muchos de sus ciudadanos de poder presenciar en armonía y unidad el triunfo de España, sí Sr. Alcalde España, le pese a Vd. o no.

Pero la imbecilidad, que es algo que no tiene fronteras, se acerba al decir que «se pondrán  pantallas cuando sean los nuestros». Será bueno recordarle que cuatro de esos campeones son de nacimiento catalán y defendieron esa camiseta roja.: David Raya (Barcelona), Marc Cucurella (Barcelona), Dani Olmo (Terrassa), y por último el gran triunfador llamado Lamine Yamal  (Espulgues de Llobregat).

Tal vez a usted le hubiese gustado que ganase Inglaterra o que esos jóvenes se negasen a defender la nuestra y de ellos, pero no ha sido así y la rabia que pueda invadir su ideología no es, ni de lejos, comparable a la alegría que sentimos esos catorce millones de españoles. Aunque a algún otro tampoco le gusta que la celebración se realice en Cibeles, tal vez sería bueno celebrarla en Gerona a los pies de la esfinge de La Leona y besarle los pies como es tradición…

Así, que muérdase las uñas y como decía un amigo, váyase usted a paseo por no escribir  otra cosa.