La anécdota

El caso de esa señora que estaba al frente de una cátedra en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), aun careciendo ella de la titulación necesaria, hace que recuerde la anécdota que me contó en su día mi librera de confianza, en Oviedo.

Resulta que en la librería entró un día una clienta y le dijo: «Quería «La Regenta» de Quevedo». Mi librera le replicó al instante que «no, no... «La Regenta» es de Clarín».

«Ay, no. El mi fíu [mi hijo] apuntó «de Quevedo»». «No, señora... «La Regenta» es de Clarín», insistió la librera. «Pues yo quiero —terminó por decir la clienta— «La Regenta de Quevedo».

Además del descrédito que adquiere con este caso la mencionada universidad, hay que lamentar, desde luego, la degradación en la que está cayendo el ejercicio de la política en España. Porque la señora en cuestión, qué casualidad, es la esposa del actual presidente del Gobierno de España. Y por eso, tal vez, le «montaron» una cátedra a esta mujer aun careciendo de los requisitos necesarios para ello. Ella quería tener su cátedra al igual que la pobre clienta el libro de Quevedo. El descaro y la desvergüenza con la que han actuado aquí, tanto Sánchez como Gómez, impresiona. Debe de ser que nos toman por analfabetos.

Sin despreciar al resto de colaboradores de este diario, quiero terminar estas líneas felicitando, en esta ocasión, a Juan Carlos Girauta por su artículo «Sabemos lo que sois» (1-VIII-2024). Muy acertado y esclarecedor.