¡Que vergüenza!

¿Cómo es posible, que ninguna fuerza de seguridad, ni las del Estado, (Guardia Civil y Policía Nacional), ni las de la Generalidad, (los Mossos d’Escuadra), hayan intervenido y detenido al prófugo, al «escapista», al señor Puigdemont?

El «numerito» estaba diseñado, la farsa estaba planificada de antemano. ¡Qué vergüenza!

Este personaje, el señor Puigdemont, reclamado por la justicia española, campeó a sus anchas en Barcelona, paseando y realizando un minidiscurso, duranta cerca de diez minutos, sin que nadie le impidiera realizar su «chulería». ¡Qué vergüenza!

Cómo es posible, que unas Fuerzas de Seguridad del Estado, tan profesionales y eficaces como las españolas, a saber, la Guardia Civil y la Policía Nacional, ¿hayan tenido este monumental fallo? Señor ministro del Interior, ¿se las han dejado actuar correctamente, o había otras ordenes? ¡Qué vergüenza!

A esta altura de la «película» catalana, ya nada nos ha de sorprender, por lo menos a mi persona; nuestro querido presidente del Gobierno, el señor Sánchez, no deja de concederles lo que pidan a los separatistas catalanes. Señor Sánchez, ¿Qué ha pactado con el señor Puigdemont para salir del impasse en el que están metidos? ¡Qué vergüenza!