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Cartas al director

Nada menos que Unamuno

Hoy el calor de un sol que arremete sin piedad y las canas no me permiten visitar la Biblioteca Nacional, para poder ilustrarme con la exposición de la obra del gran filósofo español, y vasco de nacimiento, don Miguel de Unamuno. Un pensador, humanista, un intelectual de gran honradez fiel a sus principios y convicciones y amante de la libertad.

Pero sí, espero que mi mente disfrute de ella cuando se enfríen las canas antes de su clausura que será el 8 de diciembre.

Don Miguel, no quería militar en ningún partido político, estuvo en uno y termino asqueado. Sí estuvo ligado a las tertulias políticas del Congreso, escribió de política, de la palabra a la pluma. Se casó con la Historia de España, aunque estuvo a punto de divorciarse de ella. En las cartas y escritos que dejó manuscritos, enseñó muchas cosas. Vencer y convencer, odio y compasión, fascismo y comunismo son las dos formas –cóncavo y converso– de una misma y sola enfermedad mental.

Insistió en que había que huir de las divisiones, incluidas las lenguas, había que hablar castellano, que era uno de los factores de unión entre los españoles, para que no hubiera desigualdades entre los pueblos y regiones.

Don Miguel fue un liberal convencido hasta el final de sus días. Yo terminaré igual, siendo liberal hasta el final. Por eso visitaré su exposición para encontrar la forma de terminar mis días como don Miguel de Unamuno, un liberal muy libre. ¡Nada menos!...