Mejor gestión, no más impuestos

UGT reclama más impuestos para compensar «la financiación singular» de Cataluña. «La ciudadanía debe evitar la confrontación» y aboga a los trabajadores a «que paguen más impuestos para cubrir las necesidades de la mayoría». La recaudación del Estado es insuficiente y se generan «graves situaciones de insolidaridad». Habrá algunos incautos que secunden este discurso sentimentaloide e incluso lo aplaudan.

La realidad es que el excesivo gasto público «clientelar», por tanto improductivo, es la rémora que hay que eliminar. No se trata, señor secretario general de UGT, de subir más los impuestos, sino de gestionar mejor una menor recaudación que no asfixie a la población y active la economía.

Y los bancos no deberían tener como objetivo primario comprar deuda pública, sino apuntalar el crecimiento económico mediante la inversión empresarial. Ingresamos el dinero fruto de nuestro trabajo, los estigmatizados que aún lo hacemos, vía impuestos en el Estado o en los bancos para que revierta en una mejora tangible de nuestras vidas.

El lastre fundamental del país es la esclavización del trabajador para mantener una economía improductiva subsidiada que sólo generará pobreza para las generaciones futuras.

Y no es cierto que aumentar la carga fiscal redundará en una mejora de los servicios públicos, que cada vez presentan mayores deficiencias, pese al aumento cuasi confiscatorio de los últimos años. Ya un titular del diario El País en abril alertaba de «la excesiva presión fiscal sobre las empresas españolas» que representaba más del 18 % frente a la media europea, según el IEE.

Y España está cuatro puntos porcentuales con respecto al PIB por encima en carga fiscal de los países que conforman la OCDE, así que el mantra de que pagamos poco es falso, realmente se nos gestiona nuestro dinero fatal y siempre pagan los mismos, la clase media que «pierde peso y cae a niveles previos a los años 90», según La Vanguardia, tercer diario español en difusión, según el último EGM, para aquellos que ven bulos en los datos que no sustentan sus falacias.