Cartas al director
Cayucos Lines
Cualquier día en el Puerto de Arguineguín. Por los altavoces del puerto llegan nítidamente los mensajes sobre las próximas llegadas de cayucos:
El cayuco de las 1030 llegará a su hora.
El cayuco de las 1615 llegará con dos horas de retraso por avería del motor, etcétera
Viva la solidaridad, pero la realidad de este asunto esconde el negocio de la trata de seres humanos, de la nueva esclavitud, del trasvase de África a Europa de individuos sobre los que no tenemos la mas mínima información, nacionalidad, edad, procedencia, intenciones.
¿Quién se beneficia de esta invasión? A simple vista están las mafias que organizan, previo pago, el transporte. Cayucos y nave nodriza que los acerca a las costas Canarias. A partir de ahí, aviso a los guardacostas españoles sobre la posición para que puedan auxiliarles en el último tramo de su periplo. Todo, perfectamente organizado. Mantas, chequeo médico, alojamiento, comida, vestidos, etc.
También se benefician algunos gobiernos africanos que, con las ayudas de Europa, parece que aumentan la flota de cayucos, en vez de evitar este éxodo y ayudar al ciudadano in situ.
Lugares de acogida colapsados, se piensa en empezar a meter a los inmigrantes en almacenes, como si fueran sacos. ¿Qué hace nuestro Gobierno? Repartir a los africanos, según su criterio, por las CCAA. Que vienen más, pues tocan a mas.
Con el visto bueno de los gobiernos africanos, la corrupción endémica, nuestra permisividad, se logra una auténtica invasión de Europa. Y para esto no hay fronteras: pasen y vean.
No es su solución, ni, desde luego, la nuestra.
También puede ser que se trate de una operación de mucho mas calado, de una invasión en principio pacífica, pero invasión al fin en Europa, y la imposición de sus usos y sus costumbres, tan alejados de los nuestros.