Cartas al director
Conversación imaginaria
En un claro del universo profundo se captaron señales extraterrestres de lo que parecía una conversación entre dos que decían llamarse «democracia representativa» y «pueblo soberano»:
-Una vez celebradas las elecciones -afirmó democracia representativa-, nosotros los partidos -como si fuésemos los jefes de una empresa- hacemos y deshacemos los resultados a nuestro antojo. Y todo con vistas a imitar el funcionamiento de lo que por allí llaman mercados bursátiles.
-Pero -preguntó estupefacto el que decía llamarse pueblo soberano, alias sociedad- ¿los votantes que dicen y opinan de ésto?
- A esos -le respondió el jefe democrático- les da igual: se les engatusa un poco cuando se les requiere para votar y luego, «si te he visto no me acuerdo».
-Y la democracia, ¿cómo reacciona ante semejante disloque? insinuó interrogativa sociedad.
-Pululan por esos mundos tantas palabras vacías de práctica real -filosofó el otro-, que entra la risa pensar cómo esos seres son capaces de utilizarlas tanto para aplicarlas tan poco: democracia es una..., progresista, otra. Son tan parecidas que hasta esos seres las confunden..., en beneficio de algunos.
Pueblo soberano, confundido y absorto, se envolvió en la negritud del espacio sideral.