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Cartas al director

Idealismo e ideología

Para entender el grado de alineación de la gente con una ideología y hacerles creer lo que no existe, para negar la realidad de las cosas, se necesita un idealista arrogante y delirante que no deje pensar. ¡Pues si piensas las cosas existen! Pero para el idealista las cosas no existen, aunque nosotros las pensemos o lo que pensemos sobre ellas.

Existe una ley verdadera, la recta razón, conforme a la naturaleza humana, inmutable, eterna, cuyos mandatos estimulan el deber y cuyas prohibiciones alejan el mal del hombre. Esto dejó escrito Francisco de Vitoria en 1546, considerado principal fundador de la Escuela de Salamanca y padre del Derecho Internacional. De la verdad y la justicia.

El comportamiento humano, hoy, depende de las emociones, no de las razones, la gente responde a las causas, a los propósitos, no a los argumentos. Esto lo entiende perfectamente el idealista Pedro Sánchez, lo ha dicho claro en su intervención en esa reunión o comité de los dirigentes socialistas en la sede de Ferraz. Sánchez nunca dice la verdad, ni por qué miente. No explica los motivos por los cuales engaña a propios y extraños, se limita a argumentar las causas por la cual concede la amnistía a los delincuentes y cederles todos los impuestos, para mantenerse en el poder y frenar a la derecha. Y dar satisfacción a los idealistas de su ideología, que no piensan…