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Cartas al director

Un presidente solo

La evolución del PSOE en paralelo a la evolución de las investigaciones sobre casos de corrupción que le afectan ha pasado por tres fases: negación, aceptación y minimización. En la primera, Gobierno y PSOE negaron la mayor: no hay nada de nada, dijeron. Acto seguido, comenzó la labor de excavación de la zanja cortafuegos con la que colocan a los corruptos a un lado y al resto, limpios como patenas al otro. En la fase actual, el PSOE y el Gobierno parecen medir lo suyo con lo del PP de hace veinte años para concluir que lo suyo, sea lo que sea, es una menudencia de hoy al lado de la corrupción del PP de antes de ayer.

No parece que Pedro Sánchez pueda salir de esta solo con mantener la boca cerrada. Así es y lo sabe, por eso quiere cerrar más bocas. Y si a ningún presidente democrático se le puede consentir arrastrar al país a la censura, menos aún cuando ese presidente ha dado ya sobradas muestras de que no actúa en interés de la nación ni de sus ciudadanos. El único interés que le mueve es el de su persona.