El relato

La cuestión era no perder el relato porque en el Sanchismo es lo más importante. Si se indulta o amnistía a delincuentes, si se excarcelan etarras, lo importante es buscar la motivación que justifique la medida ya que la oposición, ya se sabe, va a decir que es para mantener el sillón monclovita. Y en una mejor convivencia encuentran el bálsamo de Fierabrás. Ahora, el problema era el cerco judicial a Begoña y había que buscar algo que tapase el desvarío. La solución estaba en atacar de alguna manera a Isabel Díaz Ayuso, amante de la fruta, y ahí estaba Hacienda y los problemas fiscales del novio de la presidenta.

Y tanto la ministra del ramo como el fiscal, siguiendo la consigna, se propusieron ganar el relato. Y un contribuyente espontáneo, como consecuencia de sus relaciones peligrosas –porque así lo parecen– dio el salto a la palestra por más que el fiscal debería estar al tanto del artículo 417 del Código Penal. Pero en los sistemas autocráticos se piensa que la ley solo está en el papel y García Ortiz y Montero picaron y se les fue la lengua o el WhatsApp porque había que ganar el relato. Ahora es el Supremo quien tiene la palabra, aunque Montero, por ahora, se salva.