Cartas al director
¡Maldita indignación!
Si desconcertante es que la máxima responsabilidad en la persecución del delito, en un Estado democrático de derecho, siga recayendo en la figura de un fiscal general imputado; también desconcierta, para mayor humillación, el respaldo indiscutible que le brinda el gobierno. «Su único mal ha sido pretender desmentir un bulo». Que así lo justifica. Y así también nos suena a la ciudadanía más a una coartada arbitraria que a otra cosa, porque el señor fiscal general del Estado, que sepamos, no tiene encomendada la práctica profesional de ganar relatos desmintiendo bulos. Su pasividad ante el clamoroso racimo de mentiras que nos ha soltado, en alguna que otra comparecencia, la figurada portavoz autómata del Gobierno, es una buena prueba de ello.
Si desconcertante es que un gobierno, que presume de transparencia, haya versionado hasta la fecha más de una decena de películas sobre el episodio fantasmagórico de las maletas Delcy; también desconcierta que sea el mismo gobierno que, avalando el book fotográfico de los últimos años del señor Zapatero por tierras de la democracia fake de la señora Delcy, utiliza la mala arte de aludir a una instantánea del siglo pasado en la que aparece el presidente de la oposición.
Si desconcertante es que un gobierno, que se vanagloria de solidaridad y de convivencia, haya condicionado su ayuda a las víctimas de la terrorífica magnitud de la DANA, primero a la intención de que se le debiera solicitar y luego al intento cínico de insinuar la necesidad de sacar a adelante unos presupuestos que se le resisten, también es desconcertante su obsesión de dar al menos con un ultraderechista entre quienes manifestaron su repulsa a la visita fugaz del señor Sánchez, presumiblemente, con fines más partidistas que de orden. ¡Maldita indignación!
PD.— Lo que no deberá desconcertarnos, visto lo visto, es si para finales del próximo mes de agosto se nos comunica la inauguración oficial de las fiestas navideñas 2025.