El suicidio

«No quiero suicidarme, pero no puedo vivir así». El suicidio es el último recurso de alguien coaccionado, que ha llegado a una tesitura insoportable.

En palabras del sociólogo E.Durkheim, «es todo acto de acción u omisión, cometido por alguien que sabe que esa acción u omisión tendrá esa consecuencia». El «suicidio anómico» tiene lugar cuando hay un conflicto de normas: las que dicta la sociedad y las que tiene el individuo.

Mientras escribo estas líneas, ya se han quitado la vida 10 personas como mínimo.

El suicida ama la vida, pero no una vida en la que no encuentra su ubicación, en la que los valores que han regido su existencia ya no obligan, en la que, en fin, nada tiene sentido después de tanta ausencia, de tanto silencio, de tanta indiferencia ante lo esencial.

Una vida vacía es el caldo de cultivo para dejar de estar en ella. Y dada la situación sociocultural, política, económica o ideológica, muchos seres se han alejado de ella durante la duración de esta carta.