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Cartas al director

Reflexiones modernas de un educador antiguo

La cultura general en España se ha ido diluyendo durante estas últimas décadas. Las prolíferas encuestas realizadas sobre el terreno, diariamente pisado por miles y miles de estudiantes nos va agrietando la cara ante las llamativas respuestas ignorantes, ante las risas tontas del que piensa que no saber tiene gracia, ante quien se calla con cara de vivir en otro mundo.

Yo soy un viejo profesor, autodidacta en muchos casos y conocedor, creo que jamás presuntuoso, de los jóvenes en edad escolar. El 'terribilis' examen teórico de conducir, adaptado y aplicado a las diversas etapas de la formación obligatoria, nos haría ver la cara real de los conocimientos básicos de los alumnos.

Conocimiento de personas, escritores en general, escritores premiados, escritores clásicos; conocimiento de Historia, momentos de determinados conflictos, guerras decisivas en el devenir de nuestra sociedad, personas claves en los descubrimientos, momentos esenciales de la historia antigua, medieval, moderna y actual; conocimiento del mundo animal y vegetal en los diversos puntos del planeta; conocimiento de Geografía con sus mapas políticos, físicos, con el saber de los continentes, países, capitales, ciudades; conocimiento de los números, de los conceptos de determinadas operaciones y las bases del área financiera de la sociedad...

¿Sería una sorpresa agradable o desagradable? No lo sé.

Contemplando cómo el mundo, a pesar de esos resultados, sigue avanzando, sacaríamos una conclusión también 'terribilis, la mayoría somos marionetas de los sistemas generados por los «matrícula cum laudem» y los bautizados con «potenciales económicos».

No hay duda que mucha juventud lucha con ahínco por superar el «terribilis» examen que da paso a dejar de ser «marioneta», pero ¿qué pasa con el resto?