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Cartas al director

Congreso socialista

El Congreso socialista de seguro pasará a la historia como un culto a la personalidad de Pedro Sánchez y su familia. Ante aquel mogollón de palmeros, Sánchez olvidó los escándalos que rodean al partido, Lobato, Aldama, Begoña Gómez; el presidente Sánchez está muy nervioso a pesar de su fresca apariencia. Tengo entendido que el 20 de diciembre declarará como testigo la asesora de Begoña/asesora de Presidencia. Y enero va a ser clave en el caso Hermano: David Azagra, hermano de Sánchez, ya ha sido llamado a declarar como investigado junto a otros cargos socialistas.

El PSOE, acorralado por la corrupción, se envalentona en su congreso. Sin lugar a dudas, Sánchez está acobardado, asustado (por mucho que venda discursos falsos de triunfalismo), y está intentando por todos los medios poner el foco en Mazón para evitar que se sepa la verdad: que el Gobierno es el responsable último del caos en la gestión de la catástrofe en Valencia. Posiblemente Mazón fue inútil e incluso criminalmente negligente en sus decisiones, pero es que Sánchez no quiso dar la cara. Fue tremendamente cobarde.