Esa Sevilla mariana

En primer lugar, mi más afectuosa enhorabuena y felicitación a Canal Sur Andalucía. Ese despliegue técnico, los comentaristas, que ilustraron las imágenes, la descripción de los pasos, dando realce a lo que suponía esa manifestación de piedad en la calle, no tiene parangón. Claro, que la asistencia de las autoridades religiosas, entre las que destacaba el Nuncio de Su Santidad en España, el Obispo y otros, se encontraba el presidente de la Autonomía andaluza, como no podía ser de otro modo. No solo era un acontecimiento religioso, sino cultural e histórico. ¡Fue ejemplar!

Por contraste era como una contraprestación a la ausencia de nuestro gobierno a la reapertura de la catedral parisina de Notre Dame. Aunque pensándolo bien su asistencia hubiese sido un paripé y hubiese deslucido el buen hacer cívico y protocolario de los mandatarios de jefes de Estado y realeza europea. Esos señores españoles no hubiesen estado a la altura. En el fondo nos hicieron un favor. Menos mal que disfrutamos de la Magna Procesión. ¡Gracias Andalucía, gracias Sevilla, siempre tan mariana! La Virgen les sonreirá, ¡no lo duden!