Cartas al director
Pedro Sánchez y Puigdemont
Imagínese que el ex presidente del Gobierno, don Leopoldo Calvo Sotelo, uno de los mejores servidores públicos, y a quien interrumpieron su sesión de investidura, el 23 de febrero de 1981, se hubiera reunido con Alfonso Armada, Jaime Milans del Bosch o, incluso, con Antonio Tejero Molina, para el supuesto de que hubieran huido al extranjero. Imagínese la foto, un presidente de derechas dándose la mano con un golpista. ¿Qué hubieran dicho la izquierda y sus terminales mediáticas?
Pues, no es historia ficción, el presidente actual, Pedro Sánchez, ya ha anunciado, oficialmente, su compromiso de reunirse con un golpista, prófugo de la Justicia, ¿qué diferencia hay? ¿Siete votos? ¿Un plato de lentejas?.
Nuestro presidente del Gobierno ha consumado su mayor acto de felonia y traición a los valores constitucionales, a la Constitución propiamente dicha y al Estado de Derecho. Su promesa de poner en manos de la Justicia al delincuente, prófugo, Puigdemont, que consumó el segundo intento de Golpe de Estado de nuestra democracia, puesto en evidencia. Ya no sólo es un mentiroso compulsivo, es un traidor. Y que esa página de la Historia no ha sido borrada de la memoria colectiva del pueblo español, pese a quien pese. No es tan fácil borrarlo señor presidente, como lo hace su Fiscalía General del Estado borrando WhatsApps de su móvil. Qué vergüenza nacional. ¿Hay algún socialista con dignidad en ese partido que no sea capaz de denunciar este acto de perfidia y escarnio a la nación española?