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Cartas al director

El clarinetista

La cordura y el sentido común son las cualidades que deben tener en cuenta los que legislan, los que aplican lo legislado y los que tienen que vigilar que se actúa conforme a las leyes.

Un antiguo paciente, el célebre Zapata, talabartero reciclado en camarero cuando se mecanizó el campo, mantenía animadas conversaciones con los clientes, tanto es así que si un día estaba comedido lo sonsacaban.

Su afición era la jaula. Si querías que hablara, ya sabías qué tema tenías que tocar.

En cierto momento Fulanito, que trabajaba en Alemania, le prometió que la próxima vez que volviera venía cargado con un pájaro perdiz alemán, porque <>

Zapata se relamía pensando cómo su «alemán», ya tenía escogido el nombre, iba a acabar con el campo desde la primera vez que lo sacara.

Entonces no había ecologistas que le hicieran la puñeta, pero sí un socarrón que le enfrió los ánimos.

—Zapata, los pájaros alemanes serán unos figuras, no lo discuto, pero vas a tener un problema gordo en el no habéis caído ni Fulanito ni tú, que canta en alemán y los machos españoles no lo van a entender, vamos que no le van a hacer ni puto caso.

El disgusto por poco le cuesta a Zapata una enfermedad, pero el tiempo lo cura todo y cuando volvió Fulanito, sin pájaro, por supuesto, el temporal había amainado.

Esto viene a cuento porque después de llevar 25 años en la Banda Municipal de Barcelona han despedido a un clarinetista porque no tiene el C1 de catalán.

Al bueno de José Joaquín, sevillano, lo han despedido no por no saber tocar sino por no acreditar ese C1.

Lo mismo le hubiera pasado al «alemán» si lo llegan a traer hoy.

¡Qué cosas!