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Cartas al director

Sánchez en el callejón

Escuchando al presidente del gobierno parece que España es un país con riquezas infinitas donde es fácil sacar dinero para todo.

Los ciudadanos están cansados de ser «ordeñados» con tantos impuestos. Ni decir tiene que la presión la soportan los empresarios con todas las medidas que ha aprobado o va a aprobar el Ejecutivo (incremento del salario mínimo, reducción de la jornada laboral, etc.), medidas que los asfixia y hace que cada día les sea más complicado seguir adelante.

A lo anterior hay que sumar el aumento del gasto militar que nos espera en los próximos años. La Unión Europea dará dinero para ello que no se contabilizará como deuda corriente; pero lo cierto es que la mayor parte tendrá que salir de los recursos de los propios estados.

Viendo esto, es fácil imaginar que España, a pesar de su inmensa deuda (recordemos 1,2 o 1,3 veces el Producto Interior Bruto), tendrá necesariamente que recortar gastos importantes, como por ejemplo en sanidad o en educación.

Pedro Sánchez lo tiene difícil: por una parte, deberá atender a la exigencia de la Unión Europea y de la OTAN del 3 % del PIB en gasto militar; por otra, calmar a sus socios de gobierno de extrema izquierda, partidarios de continuar con su tradicional relato de «no a la guerra».

No le quedará más remedio que negociar con el PP o convocar elecciones.