Cartas al director
Sánchez inmerso en el lodazal
Resulta escandaloso que Sánchez sobreviva a sus inveterados tics antidemocráticos. Una supervivencia indecorosa que la sociedad está aceptando con una domesticidad inusitada. Esto no sucede en los países de nuestro entorno democrático, en donde la cultura política es más exigente y no tolera los desafueros aberrantes de sus gobernantes. Pero más escandaloso aún es que el PSOE sustente a un personaje que está socavando esencias democráticas conseguidas por compañeros socialdemócratas de la Transición. Se puede gobernar con más o menos acierto, con más o menos valentía, pero es intolerable que se gobierne maltratando a las instituciones y despreciando los más elementales códigos democráticos.
Sería imposible relatar los desafueros cometidos por Sánchez. Son tantos que los epítetos recibidos han agotado la enciclopedia del tema. Y no es para menos. Anunció eufórico en la cumbre del G-20 de Bali que una ley concebida por su ministra cajera iba a ser modelo a copiar en todo el mundo. A su ridículo político, se le unió la gravedad del desafuero legislativo, que ha permitido la excarcelación masiva de depredadores sexuales...
Sánchez con su cesarismo galopante está trasformando escandalosamente nuestra democracia en una autocracia en donde sus tentáculos de absolutismo actúan cada día con más contundencia.