Cartas al director
Castillo de naipes
El último año para Sánchez ha sido un annus horribilis. No solo por no tener presupuesto o por ser toreado una y otra vez por Puigdemont y hacerlo comulgar con ruedas de molino, sino también por los escándalos relacionados con su mujer, su hermano, Ábalos, Koldo, serias sospechas sobre el ministro Torres, también sobre Santos Cerdán, etc.
Tampoco podemos olvidar el tema del fiscal general del Estado, pasando Tezanos y sus manipulaciones estadísticas que nadie cuestiona o discute. Lo único que parece relajar a Sánchez es descargar su ira sobre la presidenta de la Comunidad de Madrid y buscarle las cosquillas de una manera u otra. La última es el reparto de menas. No se puede uno equivocar tanto calculando los datos y hacer caer la mayoría de las acogidas en Madrid y en Andalucía (700 menas para cada una). Dejando para Cataluña solo una treintena. No se pueden manipular las matemáticas tan burdamente porque dejas el espacio suficiente para acudir a los tribunales.
Lo más curioso de todo esto es que después de tanto escándalo y manipulación nadie dimita. La razón es muy sencilla: todo el entramado está cogido por los pelos, como un castillo de naipes. El día que alguien retire una carta, las demás se vendrán abajo.