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editorial

En defensa de la Constitución y sus instituciones

El Rey reivindicó las instituciones una semana después de que la presidente del Congreso, el del Senado, el ministro de la Presidencia y el propio presidente del Gobierno demostraran nulo respeto por las decisiones del Tribunal Constitucional, institución llamada como la que más a defender el interés general

Actualizada 08:30

El Rey se ha referido en su discurso anual de Navidad a «tres riesgos» que se ciernen sobre España. Y que incluso se podría llegar a decir que están en plena eclosión. El primero, el de la división. Algo que hace tiempo que todos vemos que marca nuestra cotidianeidad. Y como bien apuntó el Rey, esa división que puede llegar a enfrentamiento hace más difícil que una sociedad progrese, porque genera desconfianza. Y en ese contexto el Rey reivindicó nuestra Constitución que «fruto del diálogo y el entendimiento, representa la unión lograda entre los españoles, como apuesta de futuro, de diversidad y de concordia» así como «Con el paso de todos estos años, nuestros valores constitucionales están enraizados en nuestra sociedad» y siguen siendo la referencia fundamental.

El segundo riesgo al que apuntó el Rey fue al del «deterioro de la convivencia» y este también es un punto indiscutible que se ha convertido en una realidad evidente en nuestro país. Porque como muy bien dijo el Monarca, la convivencia requiere “reconocimiento en plenitud de nuestras libertades, junto al respeto y la consideración a las personas, a sus convicciones y a su dignidad.

Pero quizá el punto más interesante del discurso y el más apegado a la crisis que hemos vivido en España en las últimas semanas es la advertencia del Rey sobre «la erosión de las instituciones». El Rey reivindicó la necesidad de fortalecer las instituciones para que protejan a los ciudadanos y garanticen sus derechos. «Instituciones que respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes y sean un ejemplo de integridad y rectitud».

Estas palabras del Rey se pronunciaron una semana después de que la presidente del Congreso, el presidente del Senado, el ministro de la Presidencia y el propio presidente del Gobierno demostraran nulo respeto por las decisiones del Tribunal Constitucional, institución llamada como la que más a defender el interés general.

Las referencias del Rey a otros problemas graves como la guerra de Ucrania o la gravedad de las consecuencias personales y familiares que conlleva el auge de los costes de la energía completaron un discurso en el que los españoles pudieron confirmar una vez más el valor de la Corona como referente para todos los españoles

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