Fundado en 1910
Editorial

La corrupción en Cantabria

Es imprescindible que el PP explique y justifique su deseo de entenderse con Miguel Ángel Revilla a quien parecen querer salvar en un momento en que su partido corre serio riesgo de naufragar

El Debate publica hoy un nuevo episodio de la corrupción en el Gobierno cántabro. Y con estos nuevos datos se cae el argumento sostenido por el presidente del Gobierno y secretario general del Partido Regionalista de Cantabria: el de que el presunto corrupto es un funcionario sin ningún vínculo con el partido. Esto ya no se sostiene desde el momento en que como publicamos hoy, la UDEF ha descubierto una vinculación entre el cabecilla de la red corrupta, Miguel Ángel Díez y el tesorero del PRC, Rodolfo Rodríguez Campos.

Ya ha quedado revelado en este periódico cómo toda la familia de Díez estaba implicada en la corrupción. Incluso sus hijas veinteañeras con cuentas millonarias en Suiza. Ahora sabemos que la mujer de Díez, Beatriz del Río, tiene participaciones en una sociedad, Piélagos SL, domiciliada en la asesoría fiscal que dirige el tesorero del PRC.

El argumento de Revilla en defensa de la ausencia de corrupción en su partido se cae cuando es el propio tesorero de la formación quien tiene el contacto directo con la trama corrupta. Y ahora conviene hacerse otra pregunta: ¿De verdad cree el Partido Popular que se puede gobernar Cantabria con el apoyo tácito o explícito de Revilla y su gente? ¿Se puede depender de esa formación?

Sabemos que Revilla dijo expresamente que para apoyar el gobierno popular exigía un compromiso de que el nuevo Parlamento no haría comisiones de investigación sobre sus años de mandato. Nunca antes un político había hecho una exigencia tan desaforada. Tanto lo era que en la presentación escrita de las exigencias del PRC para abstenerse no se incluyó esa demanda por temor a las repercusiones que ya estaba teniendo. Los propios compañeros de Revilla creyeron mejor olvidarse de la petición de su jefe por ser un reconocimiento implícito de la corrupción en los años de gobierno de Revilla.

El Partido Popular ha rechazado estas primeras peticiones del PRC para darles su apoyo por considerar que lo que piden es un auténtico programa de Gobierno. Y para gobernar ya tienen el suyo. El rechazo parece haber sido sólo un primer punto en la negociación. Así las cosas, la cuestión ahora tiene otro calado. Es una cuestión ética: ¿Sería aceptable un pacto entre el PP y el PRC? Porque las negociaciones van a continuar. Y el partido de Núñez Feijóo tiene que dejar claro si prefiere un pacto con un populista que ya les traicionó en 2003, cuando era vicepresidente del Gobierno con el popular José Joaquín Martínez Sieso, y sobre el que aparecen indicios muy relevantes de corrupción antes que con Vox, que en Cantabria está especialmente nutrida de antiguos militantes del PP que han ostentado altos cargos en el Gobierno y los ayuntamientos de la región. Sin ir más lejos, la candidata de Vox a la Presidencia fue consejera de la Presidencia en el último Gobierno del PP en Cantabria, el de Ignacio Diego, entre 2011 y 2015.

Es imprescindible que el PP explique y justifique su deseo de entenderse con Miguel Ángel Revilla a quien parecen querer salvar en un momento en que su partido corre serio riesgo de naufragar.