Visitando la España actual con Antonio Machado

Hace unos años le dije a mi madre: «Un tipo como Pedro Sánchez no puede ser presidente del Gobierno». Enseguida salió la nieta del ministro liberal. «Pero ¿qué dices? si gana las elecciones tendrá que gobernar». Respondí: «A ver, madre, no ha leído a Machado. Y si no ha leído a Machado no se sabe aquello de ‘Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón’; lo digo en ese sentido. Es un peligro».

Y está claro que el Gobierno que tenemos, en el que manda la delincuencia de los nacionalismos catalán y vasco, porque el tirano sólo se dedica a destrozar y a ir de palacios con el avioncito, lo que hace es separar, dividir, enfrentar y romper la nación.

El proyecto parece ser un cambio de régimen para entregar una parte de España y de sus recursos al nacionalismo catalán, otra al vasco y quedarse el PSOE con el remanente. Por eso le dan tanta importancia a apropiarse de Madrid; porque el remanente sin Madrid, pierde mucho valor económico. Con todo ello ocurrirá que una pequeña parte de los españoles helará el corazón a la mayoría de ellos. Para el caso de que los ciudadanos reaccionen ya están preparando la ley bolchevique de seguridad nacional de cara a dar soporte a la represión.

Mariano Rajoy es el pasado efímero y Pablo Casado no tiene pinta de llegar a ser presente. Pero entre ambos han convertido al PP en una suerte de casino provinciano. «Un lugar de encuentro», han dicho en Valencia. Pues eso, un casino de pequeña ciudad en el que hay una tertulia mientras que un camarero demasiado viejo para seguir en activo arrastra los pies llevando una bandeja con los cafés y unas copitas de ojén.

Un círculo en el que cuando algunas jóvenes como Cayetana Álvarez de Toledo y Díaz Ayuso ponen un poco de música, las callan aquellos que prefieren el sonido de las fichas de dominó en el mármol de los veladores; aquellos a los que sólo el humo del tabaco simula algunas sombras en su frente.

Y con un casino provinciano no se lucha contra nada. Con una sociedad civil aletargada, cuando no subvencionada e incluso sobornada, hace falta mucha fuerza y dinamismo.

Es preciso analizar la situación y alertar de sus consecuencias a las organizaciones profesionales, a los medios de comunicación, movilizar a la ciudadanía. Reunirse con los profesionales de la educación, del mundo de la cultura. Hablar en serio con empresarios grandes, pequeños y medianos. Sembrar las redes sociales de ideas, principios y valores. Es necesario viajar por España y hablar con la nación. Gritar con fuerza que si nos quitan España, nos quitan la libertad, el pasado, la cultura, las pensiones y el futuro. Es preciso comunicar con decisión a los españoles que han de recuperar su condición de ciudadanía dueña de la nación. En suma, es necesaria una oposición, un liderazgo y una resistencia feroz. Y todo eso no se hace sesteando en una tertulia de casino.

Sueño con una propuesta, con una plataforma común integrada por Cayetana Álvarez de Toledo, Macarena Olona, Isabel Díaz Ayuso, Rosa Díez que protagonicen y lideren la defensa del régimen constitucional del 78. Que hagan despertar a los españoles en su condición de ciudadanos libres protagonistas de la nación.

El poeta de Sevilla, que no de Soria como mantiene el tirano, también nos dice en El mañana efímero cómo será el futuro si no hacemos nada y permanecemos a la sombra de un lechuzo tarambana, / de un sayón con hechuras de bolero; / el vacuo ayer dará un mañana huero.

Salgan esos políticos del casino, dejen de arrastrar las zapatillas, dejen que las mujeres mencionadas tomen el mando y el liderazgo de la recuperación de la libertad, la dignidad y la soberanía nacional. Lean completo a Machado y dense cuenta de que si no hacen ustedes su trabajo, lo acabarán haciendo otros tal y como predecía el poeta.

Y confiemos en que no tengamos que esperar 61 años, como ha ocurrido en Cuba, para iniciar la recuperación de las libertades y derechos que ahora nos quieren quitar.

• José Antonio García-Albi Gil de Biedma es empresario