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En primera líneaPedro Fuentes

Los duelistas

Ya es necesario que dejen de enfrentarse en el campo de batalla como dos duelistas cansados de rivalidad y orgullo. Esto es lo que se ve con absoluta realidad desde la grada de este circo romano

Decía el crítico de arte Jhon Ruskin que «de la rivalidad no puede salir nada hermoso; y del orgullo, nada noble».

Recapacitando en la estructura política de nuestro país, si hay algo que no necesitamos en este momento de «España quebrada» es ver como los duelistas del centro derecha se encogen blandiendo sus escudos mientras el Gobierno en la sombra afila su estrategia.

Es por rivalidad; es la fealdad y la miseria del orgullo. Dennos alguna muestra, como la enmienda a la ley del aborto, donde parece que caminan juntos; que no solo lo parezca, porque ya detectamos que el 155 aterra con solo oír hablar de ello. Que no se confunda serenidad con debilidad.

¡Qué temor, señor! que una vez más estemos ante un PP acomplejado por el peso de la responsabilidad. Mire, en Cataluña, ante el llanto de miles de familias reclamando prosperidad para sus hijos y mendigando el español... Usted, futuro presidente del país, ¡el primero! ¿Dónde estaba la esperanza del electorado? Porque usted aparece como eso, como esperanza.

Pues le diré... al igual que el señor Rajoy en su momento, usted también tuvo su momento y lo dejó pasar. Qué interesante, locuaz y necesario hubiera sido verle a usted el primero de la fila.

Porque, mire... lo que sucede en Cataluña, en España, es de máxima gravedad. Que no salimos de una y ya estamos en el asunto de la energía pública, en la dimisión de Carlos Lesmes y en otra conjura de la señora Irene Montero; tres nuevos focos incendiarios que no necesitan de su indiferencia.

Esa confusión mental a la hora de buscar rivales, les lleva a los «populares» a confundir el blanco de la diana. De la misma manera que la izquierda cierra filas con enorme cinismo, ustedes deben considerar y aceptar a Vox. El tema no es quién gobierna. El asunto es cómo alejar al país de esta tormenta perfecta de izquierda radical, porque el huracán de Moncloa sólo dejará los restos varados a las puertas de Europa y todo aquel que no piense como Sánchez está contra él y pasa a ser definido como un ultraderecha.

Lástima de ocasión perdida.

Ya veremos si el Saturno de la izquierda comunista le concede más honorables oportunidades.

De la otra parte está el señor de Vox. Pero... ¿de verdad creen ustedes que están para «dimes y diretes» en este momento? ¿Es el momento de ordaguear con el Partido Popular? ¿Es el momento de vacilaciones internas?

Estas afirmaciones reiterativas de no estar al lado del PP siempre que no piensen como ustedes, no beneficia a nadie y mucho menos a la incertidumbre de ese votante perdido por el «caso Olona». Porque para el no «voxiano», pero deprimido ante tantas charangas, la marcha de esta mujer, de enorme fortaleza y sentido común, le ha dejado huérfano. Imagínese, es como si desapareciera la esperanza Ayuso, aunque también empieza a flaquear con el uso de la tibieza sobre la difícil cuestión del aborto.

Mal panorama... Además, su satisfacción por la victoria de Meloni en Italia pone de manifiesto su pensamiento político, el cual no es ni cuestionable ni valorable, lo relevante es saber si le sirve a ese ciudadano que tendrá que depositar su voto en breve.

Lu Tolstova

O... ¿no lo ven? Porque es muy fácil verlo. Créanme, desde la calma y alejándose unos metros de la pueril vociferación, uno sólo piensa si nos hemos vuelto locos. La exclusión no puede ser ni imaginada en Vox, que españoles somos todos, sean los colores que sean, porque supongo que la pretensión es gobernar a todos los ciudadanos, no sólo a los suyos, que eso son atributos de Moncloa... no se mimetizen con Sánchez.

Ya es necesario que dejen de enfrentarse en el campo de batalla como dos duelistas cansados de rivalidad y orgullo. Esto es lo que se ve con absoluta realidad desde la grada de este circo romano. Y mientras tanto, el dragón de tres cabezas aniquilador (separatistas, pro etarras y comunistas) está también contemplando el espectáculo.

¿Pero no ven el nuevo tono conciliador del señor presidente con Vox? ¿No distinguen su mandíbula cruzada con el PP? Que esto va de «divide y vencerás». Y... ¡que van a venir tiempos peores! ¿O es que creen que Podemos y sus ejércitos están despistados? Al menos, parece que el Gobierno, por fin, plantea la ley «antiokupacion» del señor Casado; un derecho menos vulnerado que el pueblo le agradecerá al presidente, aunque me temo que sea una cortina de humo electoralista, que ha dejado ciegos a los socios podemitas de Gobierno.

La rivalidad entre ustedes es tan grande que Moncloa conseguirá dividirlos, y el votante se encontrará en una penosa encrucijada, más de un tercio del país sin saber qué hacer, mientras que ustedes están mirando su ombligo. De esto, evidentemente, no saldrá nada hermoso y nada noble. Y recuerden que ya Ciudadanos se enrocó de poder antes de tiempo y le costó un inesperado jaque mate.

¿Sabemos lo que tenemos que hacer?

Señor del PP, toca asumir con fuerza y convicción su papel de esperanza y regeneración. No vacile, ni delegue, que parece que la señora Álvarez de Toledo planta más cara que usted... ¡una vez más!

Hay tantas batallas abiertas que se puede comprender que prefieran pensar que ya el futuro solucionará. Pero no será así. Cada día que pasa tenemos en el horizonte una nueva «guerra de Troya».

Miren las últimas declaraciones del Ministerio de Igualdad, el ataque del señor Iglesias a la Policía Municipal de Madrid... Francamente desolador el deterioro del poder civil.

Señores, siéntense a resolver. Ya están perdiendo el tiempo, porque, entendiendo las razones y los orgullos de los machos alfa, ¡deben ustedes estar del brazo del votante de centro! Sabemos que hubiera sido más fácil ir de la manita de Díaz Ayuso pero... es lo que toca.

Den por finalizado el duelo, porque en los próximos meses la escaramuza la van a tener en la calle, ¿o no se dan cuenta de cómo Moncloa aprieta el acelerador? ¿ Qué piensan ustedes que ha sido este serial anti monárquico con motivo del funeral de Isabel II?

Como se suele decir, están ustedes instalados en sus orgullos; el esfuerzo que está realizando la ciudadanía no se lo merece, y con el mismo valor que ha tenido la izquierda para «decretar», tienen ustedes que derogar.

Su rivalidad la vamos a pagar con dolor, créanme, verán cuando se vaya acercando el momento, miren como Europa ya nos aplica la ley del talión con tantos errores cometidos, con tanta dejadez política a la espera de que el tiempo solucione por arte de magia.

¡No! ¡Resuelvan ustedes!

¿Recuerdan aquello que hizo posible la Transición?

Se llamaba valor y consenso.

  • Pedro Fuentes es humanista y ensayista