La gratitud de Tezanos

Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas confirmaron lo que auguramos no pocos: que iba a haber un vuelco en el mapa político. En la noche electoral me sorprendí, o no, ante las opiniones de analistas televisivos que comentaban los resultados que se iban conociendo; su empecinamiento en no ver la realidad creyendo que en las promesas electorales todo vale y que no cuentan los problemas de los españoles a la hora de votar; me resultó conmovedor. Ahora Sánchez convoca elecciones anticipadas cuando ve a Podemos desencuadernado, a Sumar sin cuajar y aspira a cosechar votos por la izquierda radical, teóricamente huérfana.

En España se sigue votando por lo que hizo en la guerra el abuelito hace más de ochenta años. ¿Y los que tuvimos familia en los dos bandos? En un divertido (¿?) video de Cake Minuesa, un señor con aspecto serio repitió machaconamente que votaría al PSOE «hasta que me muera» y aclaró que tanto lo de Tito Berni como la atenuación de penas y las puestas en libertad de violadores y otros delincuentes sexuales eran mentiras. El voto socialista se asienta a veces en gentes tan informadas como ese señor. Me resulta inexplicable que con lo que estamos viviendo, con Sánchez y su egolatría, sus mentiras incorregibles, su modo imperial de gobernar, su okupación progresiva de las instituciones, sus pactos con quienes no creen en España, sus despilfarros y sus trampas para elefantes, haya mantenido el nivel de votos que reflejan los resultados. Pero esos ochocientos mil votos de diferencia del PP resultaron una advertencia. Cómo verá Sánchez a su partido para que decida disolver las Cámaras y convocar elecciones. Me parece arriesgado hasta para un resistente.

Las elecciones del domingo ya han sido comentadas, y bien comentadas, por los compañeros columnistas y no debo insistir en una sección teóricamente más sosegada. Sin entrar en el anuncio maquiavélico que hizo Sánchez hace unos minutos –cuando escribo esto– iré por otro lado: el nuevo patinazo de José Félix Tezanos, el gurú de Sánchez para las encuestas. Es un veterano hombre de partido. En 2017 llegó a la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE de Sánchez como secretario de Estudios y Programas. En julio de 2018 solicitó suspender sus funciones al llegar a la presidencia del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dependiente del Ministerio de Presidencia. Todo un detalle.

Tezanos es un reputado sociólogo y por ello resultan más sorprendente sus errores de bulto, siempre con la misma deriva a favor del PSOE. En su última encuesta sumaba al PSOE los ochocientos mil votos que restaba al PP. Justo lo contrario de lo que ha sucedido. Los fallos gigantescos de las encuestas de Tezanos son tomados a broma por su gremio. Cuando se habla de un grueso disparate se mencione «como en el CIS de Tezanos». No creo que la gratitud de Tezanos por los favores que puede haber recibido del presidente, ni siquiera el nombramiento de su nuera, Ainoa Quiñones como delegada del Gobierno en Cantabria, justifique la utilización partidista de un organismo que pagamos todos. Supongo que hay otras formas de gratitud que no pasen por lesionar gravemente su buen nombre profesional y el organismo que preside, en otro tiempo respetable.

El CIS se creó en 1977 y es heredero del Instituto de la Opinión Pública (IOP), fundado en 1963. Ahora se conmemoran sus sesenta años con una Exposición. El primer director del CIS, último del IOP, fue el hoy académico de Ciencias Morales y Políticas, Juan Díez Nicolás, y antes dirigieron el IOP, entre otros nombres relevantes de la sociología, Luis González Seara, Salustiano del Campo Urbano, Alejandro Muñoz-Alonso y Francisco Murillo. El propio CIS ha tenido a su frente sociólogos ilustres, a veces con biografías unidas a la política que seguía el Gobierno de turno, pero su ideología no se hacía notoria porque eran profesionales responsables que no manejaban a su antojo las cocinas de las encuestas. Entre ellos Pilar del Castillo, Joaquín Arango, Rosa Conde y Julián Santamaría.

El propio CIS nos informa que «desarrolla su función de análisis y conocimiento científico de la sociedad española mediante la realización de encuestas y estudios cualitativos». Pues menuda precisión científica.

Tezanos preside la Fundación Sistema y es director de la revista académica «Sistema». La revista es tan académica que el trabajo de fondo del número en edición digital que acabo de leer, titulado «Chiclé», es un alegato contra Feijóo, y de paso contra Vox, desde una redacción despreciativa. Una frase: «Todo lleva el aroma de Trump». El autor, de cuyo nombre no quiero acordarme, no debe considerarlo un aroma de rosas. Un párrafo: «Lo que en declaraciones políticas consiste en airear controladamente discursos incendiarios. Un fallo en el chiclé de la maquinaria PP casi quema el motor. Incendios provocados que en otros contextos darían lugar a hectáreas de bosque quemadas y que en lo electoral produce una quema de la razón democrática impune». Para este autor, de cuya ciencia no dudo porque me es desconocida, no produce incendios hacer depender un Gobierno de España de golpistas independentistas, de filoetarras, y de comunistas más o menos disfrazados. Le apesta el aroma de Trump pero no el aroma de Maduro. Le prefiero en los bosques como bombero.

Fue oportuna la gratitud expresada por el alcalde Almeida a Tezanos. ¿Qué sería de nosotros sin él? Aunque sea más modesto, el dilema «España o Sánchez» podría tener correspondencia con «La verdad o Tezanos».

• Juan Van-Halen es escritor. Académico correspondiente de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando