Palabra de socialista vasco
¿Cuál es la credibilidad del secretario general del PSE cuando afirma que no pactará con ellos tras las próximas elecciones autonómicas?
El secretario general del Partido Socialista de Euskadi y candidato a Lehendakari, ha manifestado públicamente su posición con respecto a la relación que, tras las elecciones autonómicas vascas, deberá tener su partido con los herederos de la banda terrorista ETA. El pasado 27 de noviembre el teletipo de una agencia de noticias recogía el siguiente titular: «Andueza dice que no gobernará con EH-Bildu ni convertirá en lehendakari a su candidato, aunque no sea Otegi». El 13 de diciembre, la misma agencia resumía con este titular otra comparecencia del candidato «Andueza dice que si EH-Bildu le ofreciera apoyo para ser lehendakari, se lo pensaría». Casualmente ese mismo día se hacía pública la moción de censura pactada entre el PSN y Bildu para arrebatar la alcaldía de Pamplona a Unión del Pueblo Navarro.
Tiempo atrás, el 25 de abril de 2015, Pedro Sánchez, en declaraciones a Navarra Televisión, al ser preguntado por los posibles pactos de su partido tras las autonómicas de aquel año afirmó, en frase ya antológica, aquello de «le estoy diciendo que con Bildu no vamos a pactar. Si quiere lo digo cinco veces o veinte durante la entrevista. Con Bildu, se lo repito, no vamos a pactar». En 2019 y 2023 pudimos comprobar la fiabilidad de sus palabras al resultar investida María Chivite presidenta del Gobierno de Navarra, gracias a los votos de aquellos. Desgraciadamente no ha sido solo Navarra, todos los españoles hemos sufrido las consecuencias de la ausencia de palabra de Sánchez desde su llegada a la Moncloa tras la moción de censura de 2018. El blanqueamiento permanente de quienes señalaron, animaron y aplaudieron el asesinato, entre otros, de doce compañeros de partido de Pedro Sánchez, ha sido la tónica general de su acción de Gobierno. Sin su apoyo, Sánchez no hubiera sido entonces presidente ni lo sería ahora y tampoco hubiera podido aprobar uno solo de los presupuestos generales del Estado.
Tras el anuncio de la moción de censura en Pamplona, el ministro Óscar Puente, convertido en portavoz oficioso del Gobierno, al ser preguntado en el Congreso de los Diputados por su pacto con los herederos de ETA dijo lo siguiente: «No tengo ningún problema en que un partido progresista y democrático se haga con la alcaldía de una capital de provincia de España». Y se quedó tan ancho. Para un ministro de España una formación política que es el trampantojo de quienes en 2003 y 2011 fueron ilegalizados por el Tribunal Supremo por ser parte de una organización terrorista, son considerados ahora un partido «progresista» y «democrático». Sinceramente creo que Puente sí tiene un problema, y muy grave además para un servidor público. Tiene un serio problema de discernimiento, su incapacidad para distinguir entre el bien y el mal y si fallas en algo tan básico todo es ya posible.
Por eso, tras estas declaraciones y los pactos que, mes tras mes, protagoniza con Bildu el presidente del Gobierno, ¿cuál es la credibilidad del secretario general del PSE cuando afirma que no pactará con ellos tras las próximas elecciones autonómicas? El futuro del País Vasco es negro como el carbón, pues no existe alternativa constitucional posible. Los socialistas llevan décadas optando por ser la muleta del separatismo a cambio de unas migajas de poder. La diferencia ahora tan solo estriba en saber si harán lehendakari al candidato del PNV o al de Bildu. El riesgo es que Bildu está en condiciones de tener más votos y escaños que el PNV y con los precedentes señalados, al PSE le resultará todavía más sencillo que no le tiemble la mano a la hora de convertir en lehendakari al candidato de Bildu. Y después de todo esto todavía tendremos que seguir escuchando aquello de ETA ha sido derrotada.
- Carlos de Urquijo fue delegado del Gobierno en el País Vasco